TeeeFiii !

sábado, 22 de agosto de 2009


Decías no que no había tal crisis, que estaba todo bien. Fingías la sonrisa más alagadora de toda tu vida. Y los mirabas con tristeza y volvías a decir, todo esta bien, y ellos se iban pensando que vos seguís siendo la misma idiota que no se daba cuenta de las cosas. Y no, obviamente, nada estaba bien. ¿Acaso nadie se atrevía a mirarte a los ojos que nadie podía ver la tormentosa agonía en ellos? Al parecer, no. Y te lo guardabas, y sufrías por dentro, y llorabás sola en un rincón de tu habitación con la música al máximo para que tus sollozos no se escuchacen, aunque en el fondo te morías porque alguien se de cuenta de lo mal que estabas y te ponga el hombro. Ese alguien, nunca aparecía. Y sin embargo, por más herida que estabas te parabas y sonreías a la desgracia. Y vos siempre eras el hombro consolador. Vos siempre limpiabas lágrimas, vos siempre estabas. Eras la única que leía los ojos, que descubría misterios en la voz, la única que veía la crisis y la afrontaba junto a ellos. Siempre brillabas para los demás para que no perdiesen su camino. Pero... Y para vos, ¿Quién brillaba?¿Acaso alguien te ponía el hombro, alguien secaba tus lágrimas o notaba la tristeza en tu voz? Eras un fantasma, eras invisible. Si te tiraban rosas o bosta, si te mataban o te salvaban, si te quierían o no, si estabas o no... No importaba, de todas formas nadie te veía. Y te sentías sola. Y un día, simplemente no pudiste más, estallaste y de la peor manera. Se te vino el mundo abajo. Y sí, eras lenta y en un momento aquella imagen de la buena, buenasa, dulce y comprensiva se tenía que ir. Y te diste cuenta de las cosas. A vos te pasaban por encima porqué vos dejaban que te pasen por encima. A vos te maltraban porque vos dejabas que lo hicieron. A vos te usaban porque vos lo permitían. A vos te hicieron mal porque nunca supiste decir no, nunca supiste poner un freno. Entonces dejaste de desperciar lágrimas en gente que no las merecía, y decidiste cambiar. No te ibas a dejar vencer, no ibas a dejar que el mundo te lleve puesta, que te pase por encima. Y sí ellas no apreciaban tu bondad... No la tendrían, o no cómo ellas la esperaban. Decidiste, de una vez por todas, cambiar, superar y afrontar. Y cuándo lo lograras... Dirías 'No hay tal crisis' con el todo más convincente en el universo, porque esa la verdad. Cuándo trapasaste ese problema y lo dejaste ir... No hubo más crisis. Y el sol volvió a salir.~ Entonces vos apareciste, me rescastaste de aquella crisis. Me hiciste conocer el amor sincero, puro, desinteresado, un amor que comprende, que no conoce la distancia y no entiende el tiempo, un amor real. Y me sacaste a flote, me levantaste del piso y me insitaste a volar. Me mostraste un cielo distinto a que yo imaginaba. Te dí todo, y a tu manera me lo devolviste. Fuiste el único con el cuál no me interesó nada. Ningún prejuicio, pensamiento, guerra, estupidéz o ignarancia nos va a separar. Hasta el final, y más allá, vamos juntos. Gracias por nada y por todo, gracias por ser el aire que respiro hasta quebrar. Te amo, pero en serio, y mucho.

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